INTRODUCCIÓN
En los tiempos antiguos el tatuaje era una práctica relacionada con los pueblos bárbaros. Los griegos aprendieron esta técnica de los persas con la única finalidad de marcar a sus esclavos y criminales, que quedaban así señalados de por vida. El ejército romano, por su parte, identificaba a sus mercenarios mediante tatuajes. Con el tiempo, los tatuajes fueron perdiendo su valor peyorativo y comenzanzaron a usarse como una marca distintiva en el mundo militar, llegando a ser una práctica habitual entre los legionarios. Lo más probable es que los tatuajes fueran similares a los de hoy en día, con forma de número, emblema o una breve sentencia.