ELABORACIÓN DE CONSERVAS

COCINA FORMACIÓN PROFESIONAL PARA EL EMPLEO

INTRODUCCIÓN

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Las frutas y verduras son esenciales para una dieta saludable. Consumirlas a diario y en una cantidad suficiente podría contribuir a la prevención de enfermedades importantes, como las cardiovasculares y algunos cánceres, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomienda tomar un mínimo de 400 gramos al día de frutas y verduras, sin contar las patatas y otros tubérculos.

Sin embargo, dado el ajetreado ritmo de vida que llevamos, sobre todo en las grandes ciudades, en muchas ocasiones no tenemos tiempo para ir al mercado a comprar verduras frescas para después cocinarlas o, sencillamente, no tenemos ganas de hacerlo.

La conserva no sólo mantiene las propiedades, sino que hace más sencillo disponer del producto.

Ya sea por cansancio, por falta de tiempo o por los habituales olvidos al hacer la compra, lo cierto es que las verduras en conserva son unas estupendas aliadas para preparar de forma rápida recetas ricas y sanas, pues permiten saltarse algunos pasos previos —como la limpieza, el troceado y el primer cocinado de la verdura, quizá lo que pueda darnos más pereza— y agilizar la elaboración de los platos.

No solo son prácticas, sino que disponemos de una gran variedad, lo que las hace muy versátiles en la cocina. No entienden de temporadas, no nos desajustan el presupuesto de la compra y, lo que es más importante, sus cualidades nutritivas apenas difieren de las de las verduras frescas.