INTRODUCCIÓN
Beatriz, mantiene una relación laboral con una empresa almeriense “Exportpepino” desde hace 5 años. Hace dos meses, informó a sus superiores de su embarazo. Desde entonces, no le proporcionan tarea alguna y le hacen la vida imposible. Un día, oyó a su jefe comentar con unos compañeros que procuraran hablar con ella solo lo imprescindible. Otro día, un superior le ordenó coger un peso muy elevado para ella. Beatriz se negó porque suponía un riesgo para su salud y para la del feto.
Preocupada por su empleo, Beatriz decide afiliarse a un sindicato, donde le informan de que el Convenio Colectivo de Oficinas y Despachos al que pertenece, concede 18 semanas de permiso de maternidad. Al día siguiente, informa de todo ello a su jefe, quien reacciona con un visible enfado y le responde a gritos que el Estatuto de los Trabajadores es una norma de rango superior al Convenio Colectivo, y por tanto, aplicable en primero lugar, el cual concede tan solo 16 semanas. A los pocos minutos del incidente, el jefe de personal entrega a Beatriz una carta de despido. Beatriz, convencida de que la han despedido por estar embarazada y afiliarse a un sindicato, decide demandar a la empresa ante los tribunales.
Pocos días después de la marcha de Beatriz, la empresa inicia un proceso de selección para cubrir su puesto. Durante el mismo, el entrevistador tira todos los CV de las mujeres, mientras dice negando con la cabeza: “ Nada de mujeres”.
Por su parte Beatriz, desilusionada por el clima laboral que ha encontrado, y con el deseo de perfeccionar el alemán, se pregunta si podrá trabajar en Alemania.