Cómo ser mujer en Roma y no morir en el intento

CULTURA CLASICA BACHILLERATO

INTRODUCCIÓN

Ser mujer en la antigua Roma no era fácil, como tampoco lo es ahora. Conocer su situación resuta útil para evaluar el progreso de nuestra sociedad respecto a la diferencia de géneros.

La esperanza de vida para la mujer era mucho más corta que la del hombre, pues el infanticidio femenino fue ampliamente practicado y la mala salud de las mujeres, resultado, a veces, de una dieta inferior a la establecida para los varones, seguida de la maternidad a una edad temprana y en pésimas condiciones, dio como resultado una expectativa de vida para las mujeres bastante pobre. Así, aun cuando el destino de la mujer en el mundo grecorromano era la procreación y la continuación de la sociedad, su vida estaba marcada por la muerte, no sólo la que se producía en los partos y abortos, sino también en las circunstancias que permitían al pater familias o al marido ejercer el ius vitae ac necis

Pero la marginación en la Antigüedad no estaba motivada sólo por estas cuestiones, sino que existían otras limitaciones en estrecha relación con la condición natural, como la edad y el sexo. Así, por ejemplo, atendiendo a la actitud de los filósofos y literatos en relación al amor homosexual, entendido como síntoma de virilidad y de dominio, vemos que hay un total rechazo de la homosexualidad femenina y, por consiguiente, de su instinto erótico, que se vio reemplazado por su capacidad de procreación.

Por otra parte, para hacernos una idea del carácter misógino de los antiguos romanos bastará con hacer un repaso de la literatura grecolatina para darnos cuenta de que, después de todo, la situación femenina no ha cambiado tanto, de que siguen vivas muchas vías de opresión y de que, desde que Hesíodo presentara a través del mito de Pandora a la mujer como causa de todos los males, la profesión de inferioridad ha sido una constante en la historia del sexo femenino.

Podemos afirmar, por tanto, que el problema de la integración social de la mujer en la organización de una comunidad gobernada por hombres radica en el concepto que éstos tenían de la naturaleza femenina y de la consiguiente legislación que regularizaba su vida.